Bandejas higiénicas y areneros para gatos

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Un rincón esencial para tu gato
Si eres amante de los gatos y tienes uno o varios en casa, no hará falta que te recordemos cuán importante es para ellos la higiene y disponer de un espacio cómodo en el cual hacer sus necesidades. Como buenos felinos, siempre lo harán de forma sigilosa y tratando de no dejar rastro alguno, algo que podemos facilitarles poniendo a su disposición una bandeja higiénica o arenero para gatos.

Un arenero a la medida de cada felino
Entre las características que ha de tener este artículo para gatos, la primera y más importante es el tamaño, que debe ser suficiente para que el animal pueda moverse con libertad. Piensa que el gato realiza numerosas maniobras cuando hace sus deposiciones (escarbar, olisquear, girarse...) y que se sentirá muy incómodo si no puede hacerlo a su aire por falta de espacio. Así, lo ideal sería que el arenero tuviese al menos un largo equivalente a 1,5 veces el tamaño del gato, teniendo en cuenta lo que éste vaya a crecer si se trata de una cría. En cuanto a la altura, es recomendable que la bandeja sea bastante alta (entre 30 y 40 centímetros) para evitar que el gato tire la arena fuera, aunque si se trata de un animal muy pequeño o con movilidad reducida, puede ser conveniente que sea más baja para que no tenga dificultades al entrar.
También habremos de decidirnos entre adquirir un arenero abierto o uno cerrado, considerando que ambos tipos tienen sus pros y sus contras y que cada gato prefiere uno diferente. Los abiertos son los favoritos de los mininos que necesitan observarlo todo a su alrededor mientras hacen sus necesidades, pero tienen mayores problemas de olores y en ellos es más fácil que el animal tire la arena fuera. Los cerrados son ese sentido mucho más limpios y además les gustan más a los gatos que prefieren intimidad, pero hay animales que se agobian en ellos y los rechazan.
Un aspecto que seguramente al gato le dé igual, pero que indudablemente será importante para nosotros, es la facilidad de limpieza del arenero. En los modelos cerrados suele ser más difícil introducir la pala para limpiarlos que en los abiertos, aunque a veces disponen de sistemas de autolimpieza. De un modo u otro, lo fundamental es que el arenero esté siempre limpio y que le cambiemos la arena al menos una vez a la semana.
En cuanto al precio, ésta no debería ser una cuestión que te preocupe demasiado: tienes a tu alcance lujosos modelos de más de 100€, pero puedes hacerte con uno de plástico perfectamente funcional y cómodo para tu gato por apenas 10€.