Antifaces para dormir de viaje

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Dormir bien, una condición imprescindible para disfrutar del viaje

Salir de viaje es una de las cosas más excitantes del mundo y puede convertirse en una tortura si no llevas los elementos necesarios para que no te sorprendan imprevistos desagradables. Maletas y bolsos, portadocumentos, candados, correas y etiquetas para equipaje son algunos elementos obvios a tener en cuenta, pero a veces los objetos más pequeños son los que más se necesitan. 


Los antifaces para dormir de viaje son uno de los elementos que no pueden faltar en tu bolso de mano, sobre todo si eres de los muchos que no pueden conciliar el sueño con hay mucha luz a su alrededor. 


La luz puede ser la gran enemiga del sueño

Hay muchas personas que no soportan dormir con la luminosidad del sol o con las luces encendidas. La luz les impide reducir la producción de melatonina, que es la hormona que ayuda a conciliar el sueño naturalmente. Esto puede ser un gran problema, tanto en viajes en bus como en vuelos comerciales diurnos. Incluso también durante los viajes nocturnos, ya que suele suceder que se mantengan encendidas las luces fluorescentes a lo largo de varias horas. Por eso, es necesario contar con un elemento que proteja la visión y favorezca el sueño.

Materiales y diseño, las bases para elegir un antifaz de viaje ideal 

En todo caso, deberás elegir el modelo que mejor se adapta a la forma de tu cabeza y que tenga una sujeción cómoda en todas las posiciones posibles que adoptas al dormir. El diseño de la nariz también suele ser un aspecto importante, ya que si te resulta molesto, podrías terminar perdiendo más de lo que ganas al taparte los ojos con el antifaz. 

Los materiales resultan esenciales para lograr una mayor comodidad. Es importante tener en cuenta que la totalidad del antifaz estará en contacto con la piel y el pelo, por lo cual debe sentirse suave al tacto en todo momento. Algunos antifaces de material sintético serán seguramente más baratos, pero te resultarán una tortura si te hacen transpirar, no son cómodos o te repelen al tacto. 

Existen muchos modelos, desde los básicos de tela a unos 3€, pasando por otros de seda o con diseños en 3D que se acomodan mejor a los contornos del rostro, que salen entre 8 y 12€, hasta modelos más sofisticados con diseños acolchados anatómicamente, incluso con conexión Bluetooth y auriculares, por un precio de alrededor 20€. No dudes en probarte diferente modelos de antifaz antes de comprar uno, y no tengas vergüenza en verificar que se adapte a tus necesidades en todos los aspectos posibles. Tu descanso te lo agradecerá.