Gas R-410A para equipos de aire acondicionado

El gas R-410A es una mezcla gaseosa casi azeotrópica. Así se denominan las mezclas que tienen un punto de ebullición constante. En este caso, el gas se forma por dos componentes, gases HFC o hidrofluorocarbonados: el gas R-32, llamado diflorometano, y el gas R-125 o pentafluoroetano. El gas que se forma es un refrigerante de alta seguridad, clasificado como no inflamable, no tóxico y que no contribuye a la reducción de la capa de ozono. Por ese motivo, se utiliza como sustituto para los gases refrigerantes R22 -que han sido eliminados- en equipos para aire acondicionado de baja y media potencia. Eso es hasta el momento, pues se pretende ampliar su rango de aplicaciones. 

¿Cuál es el origen del gas R-410A? 

El gas R-410A fue inventado en el año 1991 por la empresa Allied Signal (Honeywell), la cual manufactura y comercializa el producto junto con otras empresas como Emerson Climate Technologies, Copeland Scroll Compressors (una división de Emerson Electric Company) y Carrier Corporation, la primera compañía que lanzó al mercado unidades residenciales de aire acondicionado basadas en la mezcla gaseosa R-410A. 

¿Cuáles son las características del gas R-410A? 

Las características del gas R-410A que puedes adquirir en eBay son:  

  • Clasificación ASHRAE A1/A1 (no tóxico/no inflamable).
  • Buen rendimiento en modo calor.
  • Temperatura critica 72.2ºC.
  • Niveles de presión elevados (8 Bar más que el gas R22 a 40ºC).
  • Capacidad frigorífica volumétrica superior al R22.
  • Debe cargarse en fase líquida.
  • Se utiliza solamente con aceites POE (poliéster) o PVE (poliviniléter).
  • Requiere filtros deshidratadores de tamiz molecular de 3 A (clase XH9).

¿Cuáles son los efectos ambientales del gas R-410A? 

La mezcla gaseosa R-410A se utiliza actualmente como un sustituto del gas contaminante R22 que ha sido eliminado, pues a diferencia de los refrigerantes que contienen cloro y bromo (haloalcanos), sólo contiene flúor y no genera efectos negativos sobre la niebla fotoquímica, es decir, no degrada la capa de ozono. Sin embargo, se debe utilizar bajo técnicas adecuadas, evitando su dispersión en el medio ambiente, pues posee un GWP (potencial de calentamiento global) de 2088, siendo este valor 1725 veces mayor que el del dióxido de carbono, similar al del gas R22.5, y contiene gases fluorados de efecto invernadero cubiertos por el Protocolo de Kioto. Para manipular y eliminar este gas es necesario seguir las técnicas que incluye la normativa. Debe recuperarse o reciclarse y, de no ser esto posible, su destrucción debe realizarse en instalaciones autorizadas y equipadas adecuadamente.