Diamantes: los mejores amigos de las chicas

Sin duda alguna, tener un diamante natural es una de las adquisiciones con más valor económico que podemos tener. Este mineral es el más apreciado del mundo por sus características de belleza, transparencia y dureza, y por ello es muy valorado y utilizado en la alta joyería. Normalmente para pedir matrimonio a nuestra pareja, se regala un solitario, que es un anillo de oro con un diamante engarzado, siendo esto un gesto que simboliza el compromiso.


En busca del diamante perfecto


En el mercado podemos encontrar una gran variedad de tipos de diamantes, como es el caso de los diamantes en bruto, que son trozos de mineral que han sido extraídos de la mina y permanecen en su estado más puro y sin forma, por lo que aún se encuentran sin tallar.
Los diamantes tratados son diamantes de menor calidad a los que se le aplica un tratamiento para mejorar su aspecto, utilizando en muchas ocasiones rellenos de vidrio o exposiciones a altas temperaturas. A pesar de que también son diamantes, no tienen tanta pureza ni calidad como los naturales.


Para los que no pueden permitirse comprar esta piedra preciosa, pero les gusta la imagen y efecto de estos minerales, existen los llamados diamantes sintéticos que se consiguen de forma artificial exponiendo a altas temperaturas el carbono, que es el principal elemento del diamante natural. Al no ser un diamante extraído directamente de la mina, es considerablemente más económico, aunque sea muy parecido al natural.


En la alta joyería es muy común el uso del diamante, a veces combinado con otras piedras preciosas como rubíes, zafiros o esmeraldas, creando combinaciones y diseños que no están al alcance de cualquier bolsillo y que llegan a ser no solo obras de arte, sino que también una inversión económica segura ya que se trata de un bien que nunca pierde valor.


Un diamante es para siempre

A la hora de comprar un diamante debemos tener en cuenta que por su propia naturaleza, de entrada es un artículo de lujo. A pesar de ello, es posible hacernos con un diamante sin tener que gastar una fortuna ya que el abanico de precios está entre los 30€ que cuesta un diamante pequeño y los 275€ que alcanza un anillo de oro con un diamante engarzado.

El precio varía en función de la pureza y tamaño de la pieza, aunque otra característica que también marca la diferencia en el precio es el color que presenta el diamante, ya que en muchos casos la tonalidad que ha adquirido es una rareza.